miércoles, 7 de agosto de 2013

Consecuencias de Katy

Todo tiene que empezar de alguna manera y la mía es tan válida como cualquier otra. Unas palabras, una declaración de intenciones a modo de editorial y un vídeo. El vídeo que sea importante por alguna razón. Este lo es no por el propio vídeo sino por la canción a la que se refiere. Hace unos años, en un foro musical, el de la revista mondosonoro, publiqué un post con el título Consecuencias de Katy. Katy no se refería a una persona en concreto que yo conocía sino a una canción de Red House Painters llamada "Katy Song". Pero aquel texto ni siquiera se refería a la canción. Esa noche había leído una entrevista de Ben Gibbard de Death Cab For Cutie a Mark Kozelek de Red House Painters. Era una gran entrevista entre dos músicos que me gustan mucho.

Durante una época de mi vida viví obsesionado con "Transatlanticism" de Death Cab For Cutie. Un disco que me marcó de manera tal como ningún disco ha vuelto a hacer desde entonces. Me han gustado muchos discos. Me han enamorado unos cuantos. Me han apasionado varios más pero ninguno me ha afectado tanto como ese desde entonces. Es algo por lo que rezo a diario, que me vuelva a pasar lo mismo con un disco. Que me transforme y que, al salir de el sea otra persona. mejor, espero.

De "Katy Song" poco puedo decir que lo resuma mejor: es mi canción favorita.

La entrevista es muy buena entre dos personas que se conocen, se respetan y hasta yo diría que se admiran (aunque tengo la sensación de que Kozelek se siente infravalorado por no alcanzar un gran éxito y no debe ser muy dado a valorar el trabajo de los otros, no al menos del de otros mucho más exitosos como es el caso).

Pero, más allá de la entrevista en general, hubo un momento en ella en el que se empezó a hablar de Katy, de la persona tras la canción. Y de que Katy era la inspiración tras varias de las canciones, no sólo la que lleva su nombre. Y se habla de la muerte de Katy. Y de como necesitó un tiempo tras su muerte, no sólo tras su ruptura, para lidiar con el hecho y la aceptación de culpas, errores y, quizá, cosas no tan malas. Pero necesitó de ese proceso orgánico que daba el tiempo para hacerlo. Hay un tópico sobre la creación, aquel de "aprovecha el dolor" pero yo creo que se puede crear en muchos estados pero el dolor no es el mejor porque el dolor nubla y ciega, como la rabia y el odio. A mí me encanta escribir desde la tristeza o desde la melancolía o desde la aceptación de la derrota que es el estado en el que escribo ahora,  pero no desde sentimientos agitados porque suele salirme algo que puede parecer muy intenso pero que rara vez me gustará.

Supongo que hay alguna explicación psicológica para definir qué me pasó. Pero al leer eso algo hizo clic en mi mente y dejó aflorar una situación que estaba atorada desde casi una década antes. Algo relacionado con una muerte, con un amor y con una culpa inmensa. Yo no era el muerto. Yo no era el enamorado. Pero yo era el que cargaba (y negaba) esa culpa.

Como esta noche pero en otra noche empecé a escribir sobre aquello. Como siempre, no sé si por pudor o algún tipo de reparo a decir de primeras lo que quiero decir, se iniciaba con un contexto necesario porque las cosas en la vida funcionan desencadenadas por otras y para llegar a un final hubo de haber una vez un principio. Por remoto y poco relacionado que nos parezca. Porque las piezas encajarán a su debido tiempo. Como aquellas imágenes en 3D que se hicieron tan famosas en los 90 y que sólo tras un rato largo mirando con cara de idiota a un punto fijo aparecían como por arte de magia ante tus ojos.

Ese texto, el que lo titula, podrá aparecer o no en este blog. Es probable que no. No le corresponde, supongo que es parte de un dibujo más amplio pero a la vez más concreto.

No sé si los post se dedican. Si es así este sólo podría ser para Eva mi propia Katy particular.

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